
Según Daniel Raichvarg (1994, pp. 21-28), la palabra “ambiente“ data de 1921, y fue introducida por
los geógrafos que consideraban que la palabra “medio” era insuficiente para dar cuenta de la acción de los
seres humanos sobre su medio. El ambiente se deriva de la interacción del hombre con el entorno natural
que lo rodea. Se trata de una concepción activa que involucra al ser humano y por tanto involucra acciones
pedagógicas en las que, quienes aprenden, están en condiciones de reflexionar sobre su propia acción y
sobre las de otros, en relación con el ambiente.
Desde otros saberes, el ambiente es concebido como el conjunto de factores internos –biológicos y
químicos– y externos, –físicos y psicosociales– que favorecen o dificultan la interacción social. El ambiente
debe trascender entonces la noción simplista de espacio físico, como contorno natural y abrirse a las
diversas relaciones humanas que aportan sentido a su existencia. Desde esta perspectiva se trata de un
espacio de construcción significativa de la cultura.
EN LA FAMILIA:
- familias disfuncionales
- familias funcionales
EN LO SOCIAL:
Todo problema ético remite a un asunto estético, al campo de lo que se podría llamar “estética
social” (Restrepo, sf.) en tanto está en juego una forma de sensibilidad y es social porque no se trata de la
experiencia individual, sino de la afección que se comparte con el grupo y que decide el curso del
comportamiento del sujeto y su escena en público. En esta perspectiva, la noción propuesta por André
Leroi-Gourhan (1971, p. 267) se compadece con lo expuesto hasta ahora. Para este peleontólogo francés,
la estética social o “comportamiento estético” remite no a las nociones de la filosofía sobre lo bello en la
naturaleza y en el arte. No se trata tampoco de la sensibilidad eminentemente auditiva o visual para el arte
“...sino de rebuscar, en toda la densidad de las percepciones, cómo se constituye, en el tiempo y en el
espacio, un código de las emociones.
REFERECIA:
www.cuidatecv.es/.../2010-03-26-114952el_nino_y_su_ambiente_(2).pdf